Como producto de una investigación realizada en 2020 publicada por la Universidad del Rosario y elaborada por los docentes investigadores Mg. Clara Uribe (U Libertadores) y el Dr. Daniel Sabogal (UJTL) en micro y pequeñas empresas de publicidad de Bogotá (Colombia) para identificar las herramientas en línea usadas en sus estrategias de marketing digital, entre ellas el uso de las redes sociales y acciones de medios sociales en 365 empresas y 140 encuestas a empresarios, se encontró que “la mayoría de micro y pequeñas empresas publicitarias aún no tienen plataformas de comercio electrónico ni realizan acciones de posicionamiento en buscadores. Las redes sociales más usadas son Facebook e Instagram, donde en mayor medida difunden imágenes y contenidos propios”
Uribe y Sabogal precisan como gran conclusión que “ las empresas de este tamaño aún no usan de modo eficiente o estratégico los recursos digitales para su autopromoción. Se evidencia la necesidad de capacitación específica para los empresarios del sector, fortalecimiento en la representación gremial y se vislumbra una oportunidad para este tipo de empresas en relación con las economías creativas, si emprenden procesos de digitalización”
El mismo estudio en mención da cuenta de que a pesar de que somos una industria de las ideas que pregona la innovación, es muy común que prediquemos y no apliquemos estps presupuestos: “83.9% de las empresas analizadas tiene página web sin plataforma de comercio electrónico; en tanto que un 87.1% cuenta con alguna red social. El 22.9% establece comunicación a través de mensajería instantánea (WhatsApp). El blog se usa en el 19% de los casos. Las encuestas corroboran esta proporción, donde el 83.3% de los empresarios manifiesta que ofrecen página web informativa sobre los servicios que presta la empresa”. Al menos en el caso de Bogotá, lugar donde se realizó el estudio, la tendencia apunta a que estamos en el deber, y la posibilidad, de asumir la digitalización como camino para el sostenimiento y el crecimiento de los negocios y el sector de la creatividad para dejar de ser percibidos como un sector artesanal, informal o asociado con prácticas que no generan un valor agregado.
El artículo deja ver desde sus autores unas sugerencias muy claras para nuestro campo y el las que PIC Colombia se ha basado como evidencia para proponer a la industria creativa del país su propuesta de valor en pro del desarrollo competitivo : “Las acciones de marketing digital para la autopromoción de la micro y pequeña empresa de publicidad están más que todo orientadas a la consecución de nuevos clientes, pero también este estudio puede proponer el escenario posterior de la relación con cliente-agencia. Aquí es donde debería pensarse en capacitación y tecnología para nuevos desarrollos en marketing digital, medios sociales, entrega de servicios a través de plataformas digitales, pagos en línea, entre muchos otros. Es recomendable una mayor articulación con instituciones públicas y privadas que apoyan el emprendimiento, la formalización y la internacionalización en el sector estudiad” precisan Uribe y Sabogal.En 2018 el BID realizó un estudio a nivel latinoamericano para conocer el perfil de los empresarios de las industrias creativas en la región, y publicó el “Índice de Salud de la Empresa Creativa” (ISaEC) –que calificó de 1 a 10 el grado de salud de nuestras empresas del sector de la creatividad –
El estudio “permitió concluir que los emprendimientos creativos de ALC tienen un promedio de salud de 3,4, es decir, son poco saludables, y que el promedio de vida de las empresas creativas es de 2,44 años, mientras que el promedio de las empresas en general es de 2,9 años”
Como razones que explican la baja calidad formal de nuestros emprendimientos creativos, el estudio indicó que para 2018 en materia de registro de propiedad intelectual estamos muy rezagados frente a lo que deberíamos estar “34,8% de los encuestados han hecho algún esfuerzo por registrar sus derechos de propiedad intelectual (DPI) o derechos de autor y, aun así, el 65,2% de los encuestados declaró no haberlos registrado, el 17,4% argumentó no haberlo hecho por considerarlo “muy caro” y el resto alegó desconocer el procedimiento de registro. Esta información refleja que el proceso legal aún representa un desafío para los emprendimientos creativos y culturales”
El estudio precisa “Con frecuencia se atribuye el fracaso de un emprendimiento a fuerzas externas, como el mal estado de la economía o problemas con los inversionistas, pero lo cierto es que la mayoría de los emprendimientos no prosperan por causas internas: más de la mitad de los encuestados afirmó que el fracaso de su emprendimiento fue producto de una mala planeación en las finanzas (39,5%), seguido por el poco entendimiento del mercado (23%) y un flujo de efectivo deficiente (20,5%)”.
Formalizarse no tiene que ver solamente con registrar el negocio en una Cámara de Comercio o con pagar impuestos. Ser formal tiene que ver con tener prácticas reglamentadas, estandarizadas, en seguir normas y protocolos de calidad en cuanto a producción y servicios, en realizar investigaciones de mercados y de oportunidades, en pertenecer a gremios o asociaciones, en bancarizar su empresa aunque sea unipersonal, facturar y en contratar legalmente, así como en emplearse y emplear a otros cumpliendo con las normas y leyes. PIC Colombia, en un artículo publicado en su blog se refiere más a fondo a las razones por las cuales formalizarse es definitivamente la mejor de las ventajas competitivas para los empresarios de nuestro sector creativo.El documento “Caracterización Industrias Culturales y Creativas de Bogotá” elaborado para la Alcaldía Mayor de Bogotá – Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Cámara de Comercio de Bogotá (2018). Cálculos SCRD.para 2018 indica que del total de los directivos de las industrias creativas y culturales de la ciudad, 26,1% tenían estudios de posgrado. 40.5% tienen estudios profesionales. 18.4% estudios de nivel técnico o tecnológico. 13,7% apenas tiene educación secundaria y un 1.2% primaria.
El estudio realizó grupos focales que dejaron en claro como “En algunas ocasiones la formación empresarial es baja y se adquiere a través de la experiencia. Los empresarios manifiestan la necesidad de ampliar sus conocimientos relacionados al direccionamiento y administración de las empresas.” así también precisa el informe que “existe mayor preparación profesional como artistas que como empresarios”.
Aunque está en mora de realizarse una caracterización actualizada de perfiles de los empresarios creativos en Colombia, y en cada una de sus ciudades por supuesto, parece ser que la capacitación, formación, educación y el aprendizaje son todos juntos un gran desafió al que el sector de la industria creativa del país debe asumir de inmediato si se quiere tener competitividad, sostenibilidad y sobre todo, viabilidad para que podamos seguir siendo un sector que provee empleos, riqueza desarrollo para el país. Nuestro capital humano tiene de base y ha desarrollado la creatividad como su gran valor agregado, una vocación innata hacia la innovación porque nuestra historia nos ha enseñado a resolver problemas con pocos recursos y porque la imaginación ha suplido muchas de nuestras carencias históricas.
Si al talento creativo le sumamos formalidad, formación e innovación, la industria creativa puede ser el gran motor que le dé el impulso a Colombia, y por consiguiente a los colombianos en el escenario del mundo que se avecina.
Unidos somos más. Tenemos razones para creer y tener la certeza que nos mueve como plataforma de la industria creativa de Colombia.